8 de diciembre de 2016

Mermelada para hoy

La pluma vuela frente a un café caliente. Nuestro egresado Martín Contreras, empresario y experimentado gerente nos invita a reflexionar frente a una taza. Y recurre a variadas referencias literarias y espirituales para disparar el pensamiento sobre el condicionamiento de los tiempos. ¿Cuándo actuar, cuándo pensar? ¿Por qué preocuparnos en vez de ocuparnos? ¿Cómo usar lo negativo a favor? Todas preguntas atrayentes para lograr cambios, para ejecutar una vida más energizada. 



"Mermelada... hoy!!!" (Y la Reina al cadalso)

He retomado mis libros de Alicia y he quedado reflexionando lo que la Reina Blanca de su mundo de fantasía decía imperativamente- “La regla es: mermelada mañana y mermelada ayer, pero nunca mermelada hoy”– El gran filósofo francés Montaigne, vivió la recomendación de la Reina y reconoció su gran error. “Mi vida -dijo- ha estado llena de terribles desdichas, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron”. 

De lo único que somos dueños realmente es “hoy”. Me ha servido leer al gran Dale Carnegie al respecto de lo dañino que son las preocupaciones. Todos soñamos con un mágico jardín de flores que miramos al horizonte, en lugar de disfrutar de las las flores que tenemos vivas hoy en nuestro jardín.

Tu y yo estamos en este preciso instante en el lugar que se encuentran dos eternidades: el inacabable pasado que ya no volverá y el futuro que avanza más allá de nosotros. No nos es posible vivir en ninguna de estas dos eternidades. Pero, por intentar hacerlo, podemos quebrantar nuestros cuerpos y nuestros espíritus.

La vida está en vivir en el tejido de cada día y hora. Decía Dante, "pensad que este día nunca volverá a amanecer”. Una de las peores características de la preocupación es que destruye nuestra capacidad de concentración y perdemos toda facultad de decidirnos. El miedo causa preocupación. La preocupación pone a uno tenso y nervioso, afecta los nervios del estómago. Afecta al corazón, la alta presión está alimentada por la preocupación. El reumatismo puede tener por causa la preocupación. Causa resfríos, problemas en las tiroides y la diabetes.

Somos más fuertes de lo que creemos. Poseemos recursos internos a los que probablemente nunca hemos recurrido. Como Thoreau dijo en su libro Walden, “no conozco hecho más alentador que la incuestionable capacidad del hombre para elevar su vida mediante un empeño consciente…Si uno avanza confiadamente en la dirección de sus sueños y se afana por vivir la vida que se ha imaginado, triunfará en una forma que no cabe esperar en las horas corrientes”.

El ya fallecido Dr Alexis Carrel decía “aquellos que no saben cómo combatir la preocupación mueren jóvenes”.

No sé que pueda estar ocurriéndonos, pero en mi caso he sido muy estúpido al respecto, pero busque y aprendí de Carnegie algunas cuestiones al respecto de plantearme estas sensaciones recurrentes. Aprendí a analizar cada situación con honradez y me contestaba, “¿qué es lo peor que puede sucederme? Luego de imaginarme lo peor, aceptaba el impacto que generaría tal cosa. Luego aprendí a dedicar con calma mi tiempo y energía a tratar de mejorar lo peor que mentalmente ya tenía aceptado. Creo que esto de aceptar lo peor que puede ocurrir trae paz de espíritu, creo que ocurre una liberación de energía.

Tenemos hasta que caiga el sol para atender los asuntos sólo de hoy y contemplar y hacer lo que queremos y lo que amamos, de disfrutar lo que tenemos y de hacer algo por que este día sea único.

Y ahora te dejo, porque se queman mis tostadas. Porque hoy seguro, sólo por hoy ….”tostadas con mermelada”.

Recibe un abrazo,


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