15 de junio de 2017

Empezar en pequeño

Todo cambio comienza un día. Con una simple alteración con derivaciones profundas. O en forma radical olvidándose de todo lo anterior. ¿Cuál será la forma más efectiva de cambiar? Es que acaso a la complejidad del mundo debemos enfrentarla con complejidad. Toda una corriente de pensamiento nos habla de la simplificación para ser más productivos. Leo Babauta rescata los hábitos zen para enfocarse en lo esencial y eliminar el resto y así lograr mayor calma y resultados. Uno de sus 6 principios para liberar el poder de lo simple, tiene que ver con una proto-filosofía para encarar el tamaño de los cambios. Este es un extracto de su libro "El poder de lo simple".




Empezar en pequeño

A menudo la gente se llena de entusiasmo frente a la idea de hacer cambios -ya se trate de implementar un nuevo sistema de productividad o de comenzar un nuevo programa de ejercicios- así que empiezan con objetivos muy ambiciosos.

El problema es que con frecuencia, después de una semana o dos, el entusiasmo se agota y la meta fracasa. Esto es lo que ocurre con la mayoría de las resoluciones de Año Nuevo, se comienza con mucho entusiasmo pero para finales de enero el ánimo ha desaparecido.

La solución es el principio de empezar en pequeño. Sígalo en todo lo que haga: con cualquier meta, cambio de hábito o cambio en su vida.

Estas son algunas de las principales razones por las que empezar en pequeño funciona tan bien:

Circunscribe la concentración. La concentración tiene una importancia extraordinaria para lograr cualquier cosa. Si usted emprende algo o inicia un cambio en su vida tratando de abarcar demasiado, su concentración se diluirá y su eficiencia disminuirá. Pero al empezar en pequeño, su concentración se mantendrá enfocada y, por lo tanto, su poder aumentará.

Mantiene activos la energía y el entusiasmo por más tiempo. Al empezar con menos de lo que de hecho puede manejar, usted acumula energía y entusiasmo, es algo así como el agua que se acumula detrás de una represa. Esto garantiza que no se agote desde el principio, sino que pueda continuar por mucho tiempo.

Es más fácil de manejar. Mientras más fácil mejor, sobre todo al principio. Si es muy difícil ceñirse al cambio que está haciendo, está aumentando la probabilidad de fracasar.

El éxito se asegura. Elija algo tan pequeño que el éxito esté casi asegurado. Claro, un éxito pequeño no es tan satisfactorio como uno grande, pero es pequeño sólo a corto plazo. Si comienza con un éxito pequeño puede tomarlo como punto de partida para construir otro, y con base en este construir otro más y así sucesivamente hasta obtener una serie de éxitos pequeños que sumarán un éxito enorme. Esto es muchísimo mejor que un fracaso enorme.

El cambio gradual es duradero. Piense en las dietas: cuando usted se somete a una dieta estricta y radical y pierde 20 kilos en dos meses se siente bastante bien, pero casi siempre los recupera con unos cuantos kilos más. Pero sí usted lleva a cabo cambios pequeños, quizás 1 kilo por semana, es mucho más probable que no los recupere. Los estudios sobre pérdida de peso han comprobado esto de forma repetida; y esto funciona del mismo modo con cualquier tipo de cambio. Efectúe cambios graduales, en una serie de pequeños pasos a lo largo del tiempo, y será más probable que se ciña a esos cambios que tratando de hacer un gran cambio de una sola vez.


Fuente:
Babauta, Leo: El poder de los simple. 2009. Norma.

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